Memoria de Nuestra Señora de los Dolores
Lectura I: 1 Tm 3, 14-16
Querido hermano: Te escribo estas cosas con la esperanza de ir a verte pronto. Pero si tardo en llegar, quiero que sepas desde ahora cómo debes de actuar en la casa del Dios vivo, que es la Iglesia, columna y fundamento de la verdad.
Realmente es grande el misterio del amor de Dios, que se nos ha manifestado en Cristo, hecho hombre,
santificado por el Espíritu,
contemplado por los ángeles,
anunciado a todas las naciones,
aceptado en el mundo mediante la fe
y elevado a la gloria.
Salmo Responsorial: Del Salmo 110
R. Alabemos a Dios de todo corazón.
Quiero alabar a Dios, de corazón,
en las reuniones de los justos.
Grandiosas son las obras del Señor
y para todo fiel, dignas de estudio.
R. Alabemos a Dios de todo corazón.
De majestad y gloria hablan sus obras
y su justicia dura para siempre.
Ha hecho inolvidables sus prodigios.
El Señor es piadoso y es clemente.
R. Alabemos a Dios de todo corazón.
Acordándose siempre de su alianza,
él le da de comer al que lo teme.
Al darle por herencia a las naciones,
hizo ver a su pueblo sus poderes.
R. Alabemos a Dios de todo corazón.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Dichosa la Virgen María,
que sin morir, mereció la palma del martirio
junto a la cruz del Señor.
R. Aleluya.
Evangelio: Jn 19, 25-27
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
O bien:
Lc 2, 33-35
En aquel tiempo, el padre y la madre del niño estaban admirados de las palabras que les decía Simeón. Él los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.