I. A well-known Native American legend goes something like this:
A Cherokee elder said to his young grandchild, “My child, a battle goes on inside everyone. The battle is between two wolves. One is the wolf of anger, envy, jealousy, sorrow, regret, greed, self-pity, guilt, resentment, inferiority, lies, false pride, superiority, arrogance, and ego. The other is the wolf of joy, peace, love, hope, serenity, humility, kindness, benevolence, empathy, faith, generosity, truth, and compassion.” The child thought for a minute, then asked, “Which wolf wins?” The elder replied, “The one you feed.”
II. To John the Baptist’s announcement that their world was coming to an end, the people asked, “What should we do?” John’s advice? Lead a decent life. Be a good neighbor. Be generous. Don’t be a bully. Don’t tell lies. John doesn’t fuel their fears or call them to arms. He encourages them to continue to live gently in their violent world. It’s all so unexceptional, so matter-of-fact, so doable. John believes that the course of human history depends on one person at a time choosing love over hate, light over darkness—one day at a time. As the psychiatrist M. Scott Peck writes,
…It is in the solitary mind and soul of the individual that the battle between good and evil is waged and ultimately won or lost.
III. As surely as it was for John’s hearers, it’s time for us to assess our readiness to welcome Jesus. “What should we do?” Lead a decent life. Be a good neighbor. Be generous. Don’t be a bully. Don’t tell lies. Feed the wolf of generosity, truth, and compassion, and that wolf wins. The world is restored, and the reign of God is born again.
I. Así dice una leyenda nativa americana:
Un anciano Cherokee le dijo a su nieto joven, “Mi hijo, hay una batalla en todas las personas. La batalla es entre dos lobos. Uno es el lobo de la ira, la envidia, los celos, la tristeza, el lamento, la avaricia, la culpa,
el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad, la arrogancia y el ego. El otro es el lobo de la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la empatía, la fe, la generosidad, la verdad y la compasión.” El niño pensó por un minuto; entonces preguntó, “¿Qué lobo gana?” El anciano respondió, “El que alimentas.”
II. Al anunciar Juan el Bautista que su mundo estaba llegando a su fin, la gente preguntaba: “¿Qué debemos hacer?” Juan les aconsejaba así: Lleven una vida decente. Sean buenos vecinos. Sean generosos. No abusen de nadie. No digan mentiras. Juan no aumentaba sus miedos o les llamaba a tomar armas.
Se les animaba a continuar viviendo suavemente en su mundo violento. Es un consejo tan ordinario, tan práctica, tan posible. Juan creía que el curso de la historia humana dependía de una persona escogiendo el amor en vez del odio, la luz en vez de las tinieblas—un día a la vez, día tras día. Como el psiquiatra M. Scott Peck escribe,
…Es en la mente y el alma solitario del individuo donde se hace la batalla entre el bien y el mal y donde finalmente es ganada o perdida.
III. Como seguramente tenían que hacer los oyentes de Juan, nosotros ahora tenemos que evaluar nuestra disposición a dar la bienvenida a Jesús. “¿Qué debemos hacer?” Lleven una vida decente. Sean buenos vecinos. Sean generosos. No abusen a nadie. No digan mentiras. Alimenten el lobo de la generosidad, la verdad y la compasión, y eso lobo gana. El mundo es restaurado y el reinado de Dios ha nacido de nuevo aquí en la tierra.