Once upon a time there are three—yes, three, very wise scholars of the natural sciences…They are sitting around in their own countries minding their own business when a bright star lodges in the right eye of each of them. It is so bright that none can tell whether it is burning in the sky or in their imaginations, but they are wise enough to know that it does not matter. The point is, something beyond them is calling them, and it is a tug they have been waiting for all their lives.
So begins Dr. Barbara Brown Taylor’s Epiphany sermon. That same pesky star is calling us: the tug we’ve been waiting for all our lives—or, perhaps, the tug we’ve always known and too often resisted. If we knew exactly where it led, we might be more willing to just go. But with any significant journey, we simply can’t know where it might lead, and what it might mean in the end.
We’ve all played hide-and-go-seek. How triumphant we were when we finally found the neighbor kid or a cousin behind the coats in the closet or buried beneath a blanket in back of the dryer. And then there were those times when it all was just taking too long and the fun fizzled. So we left them languishing in their hiding place while we turned on cartoons.
We, too, can tire of the search for the star, bright at times, a mere flicker at others. Yet had those first seekers not persisted, they would not have found their salvation, they would not have been found by the Savior. If we follow that light lodged in our eye, our mind, our heart, something, someone will emerge. Something beyond us is calling us, leading us to somewhere we’ve not yet been, to someone eager to be found.
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Había una vez, tres: sí, tres, personajes muy sabios, estudiosos de las ciencias naturales. Estaban sentados en sus propios países cuidando de sus propios asuntos cuando una estrella brillante se aloja en el ojo derecho de cada uno de ellos. Es tan brillante que nadie puede decir si está ardiendo en el cielo o en su imaginación, pero son lo suficientemente sabios como para saber que eso no importaba. El punto es que algo más allá de ellos los está llamando, y es el tirón que han estado esperando toda su vida.
Así comienza el sermón de la Epifanía de la Dra. Barbara Brown Taylor. Esa misma estrella molesta nos está llamando: el tirón que hemos estado esperando toda nuestra vida, o, tal vez, el tirón que siempre hemos conocido y al que con demasiada frecuencia nos hemos resistido. Si supiéramos exactamente a dónde nos llevó, podríamos estar más dispuestos a ir. Pero como cualquier viaje significativo, simplemente no podemos saber a dónde nos podría llevar, y qué es lo que podría significar al final.
Todos hemos jugado a las escondidas. Qué triunfantes estábamos cuando finalmente encontramos a nuestra hermana o primo en el armario o debajo de la cama. Y luego hubo momentos en que todo estaba tomando demasiado tiempo y la diversión se esfumó. Así que los dejamos languideciendo en su escondite mientras salíamos.
Nosotros también podemos cansarnos de la búsqueda de la estrella, brillante a veces, un mero parpadeo en otras. Sin embargo, si esos primeros buscadores no hubieran persistido, no habrían encontrado su salvación, no habrían sido hallados por el Salvador. Si seguimos esa luz alojada en nuestro ojo, nuestra mente, nuestro corazón, algo o alguien emergerá. Algo más allá de nosotros nos está llamando, llevándonos a un lugar en el que aún no hemos estado, a alguien ansioso por ser encontrado.