In a 1959 letter to a friend, Flannery O’Connor wrote,
My cousin’s husband [became a Catholic] last week. He had been going to Mass…but never showed any interest. We asked how he got interested and his answer was that the sermons were so horrible, he knew there must be something else there to make the people come.
“What do you want me to do for you?” The question Jesus posed to Bartimaeus, he poses to us. What are you looking for? What do you want? Help? Or insight? Maybe. But it’s probably something else. What is that “something else” that made you come here?
What do I want you to do for me? Master, I want to see. And I want you to see me. When we, like Bartimaeus, find ourselves on the side of the road, Jesus sees us. He touches us, and our vision is restored. If we get it right, we begin to view the world with Jesus’ vision. We, too, see those who might otherwise go unseen. We take care of others because of how we ourselves have been cared for.
Today I invite you to participate in Ascension’s mission to care for others because we ourselves have been so beautifully cared for. Our contributions ensure that Jesus’ healing mercy will continue to be seen and known here, that the Church of the Ascension will continue to thrive. Our ongoing prayer, service, and support will help seekers to find here at Ascension that “something else” they’re looking for.
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En una carta a una amiga, la escritora, Flannery O’Connor, escribió:
El esposo de mi prima [se convirtió al catolicismo] la semana pasada. Había estado yendo a misa… pero nunca mostró ningún interés. Le preguntamos cómo se interesó y su respuesta fue que los sermones eran tan horribles que sabía que debía haber algo más allí para hacer que la gente viniera.
“¿Qué quieres que haga por ti?” La pregunta que Jesús le hizo a Bartimeo, nos la hace a nosotros. ¿Qué estás buscando? ¿Qué quieres? ¿Ayuda? ¿O perspicacia? Quizás. Pero probablemente sea algo más. ¿Qué es ese “algo más” que te hizo venir aquí?
¿Qué quiero que hagas por mí? Maestro, que pueda ver. Y quiero que me veas. Cuando nosotros, como Bartimeo, nos encontramos al borde del camino, Jesús nos ve. Él nos toca, y nuestra visión es restaurada. Si lo hacemos bien, comenzaremos a ver el mundo con la visión de Jesús. Nosotros también vemos a aquellos podrían pasar sin ser vistos. Cuidamos de los demás por la forma en que nos han cuidado a nosotros mismos.
Hoy los invito a participar en la misión de Ascensión de cuidar a los demás porque nosotros mismos hemos sido tan bellamente cuidados. Nuestras contribuciones aseguran que la misericordia sanadora de Jesús continúe siendo vista y conocida aquí, que la Iglesia de la Ascensión continúe prosperando. Nuestra oración, servicio y apoyo continuos ayudarán a los buscadores a encontrar ese “algo más” que están buscando aquí en Ascensión.